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Un salto a la victoria

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Ya no hablaré mucho más con ustedes, pues se está acercando el que gobierna este mundo. Él no tiene poder sobre mí…”

Uno de los tiempos más difíciles para disciplinar nuestra mente, nuestra boca, nuestras maneras y actitudes, es durante una tormenta, ya que todos experimentamos las tormentas de la vida de diferentes formas, todos debemos soportar el examen y la prueba de nuestra fe y todos debemos aprender a comportarnos durante las tormentas.

Y pasajes como este siempre pueden llegar a intrigar a la gente, pues tal vez no comprendamos de manera clara el mensaje que nos trasmite Jesús, pero si te puedo decir que está relacionado con la boca y la tormenta.  ¿Por qué?

Cuando Jesús sufría la más intensa presión, “decidió” que no era sabio abrir su boca, ¿Cuál fue la razón?  Yo creo que en su humanidad hubiera sido tentado a hacer lo mismo que vos y yo: dudar, cuestionar a Dios, quejarse, decir algo negativo, etc…

Y tal vez vos te preguntas porque pienso esto, porque hasta un cristiano muy maduro sometido a presión, dice lo que no debería, si la presión es suficientemente intensa y prolongada.

Jesús es el Hijo de Dios. El mismo es Dios, pero llego hasta nosotros como un ser humano, y creo que cuando El enfrento situaciones de prueba durante las cuales sabía que sería tentado a decir palabras improductivas, deliberadamente decidió y declaro que estaría más callado de lo usual.

Y esta es la sabia decisión que cualquiera debe tomar en momentos de tensión, en lugar de expresar las emociones contrariadas y los sentimientos heridos, es mejor guardar silencio y esperar que la tormenta emocional se calme.

Las cosas buenas vienen en camino y Jesús les dijo: “Ese mismo día al anochecer, les dijo a sus discípulos: Crucemos al otro lado”.

Esta frase “crucemos al otro lado”, equivale a decir; llega una promoción, un avance, un aumento, algo mejor, vienen las cosas buenas ¡vamos para arriba!

Y cualquier variedad de frases que El utiliza para comunicarnos que es tiempo de cambio, y estoy seguro a que los discípulos emocionados esperaban ver lo que pasaría “al otro lado”, pero lo que no esperaron o previeron fue una fuerte tormenta en el camino.

Porque, “se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse.  Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron.  Maestro, gritaron, ¿no te importa que nos ahoguemos?” Probablemente los discípulos no estaban tan emocionados en el intermedio como lo estuvieron al comienzo.

Y aunque con frecuencia Dios nos invita a dirigirnos hacia un nuevo destino, generalmente no nos muestra lo que va a ocurrir en la ruta, y es entonces, que abandonamos la seguridad del lugar donde nos encontramos y nos dirigimos hacia las buenas cosas del otro lado, pero, frecuentemente, es en el trayecto intermedio donde encontramos las tormentas, y a menudo en la mitad del trayecto es que comienza un tiempo de prueba.

Como podemos ver Jesús calmo la tormenta, pero reprendió a los discípulos por su falta de fe.

Ahora… tal vez vos te preguntes ¿Por qué lo hizo?

Porque simplemente para nuestro futuro es vital que crezcamos en la fe, y ese crecimiento es confianza en Dios, y si Él nos permitiera estar temerosos y continuara calmando todas las tormentas de nuestra vida, sin corregirnos, jamás aprenderíamos a dar el salto al otro lado.  Lo que pasa es que algo tiene que cambiar es nuestra reacción ante las tormentas de la vida, y también es cierto que debemos crecer en autocontrol y disciplina de nuestra boca, y como ya lo hemos notado, no podemos “domar la lengua” sin la ayuda de Dios

Debemos hacer que la palabra de Dios sea él grito de tu corazón, por eso se sincera, sincero en tu deseo de lograr la victoria en esta área, y mientras buscas la ayuda de Dios, vas a poder comprobar que vos estas cambiando.  Ya que todos aquellos que siguen en forma ordenada los principios de Dios obtienen los resultados ordenados por El.

Y mis últimas preguntas son: ¿Está tu boca ocupada hablando de todos los problemas de tu vida? ¿Parece como que tu boca tiene mente propia?

Hace que ella se dirija hacia la victoria, controlando tus palabras y hace que obren a tu favor, para que así tu boca pueda estar entrenada para que tus palabras te impulsen hacia otro nivel más alto en tu vida.

Para eso debes resaltar que el hablar de Dios debe ir de manera paralela con una vida de completa obediencia para poder ver la grandeza de Dios brotando en tu vida.

 

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