8. Cuidado con el “tenedor libre”: son un atentado contra la fuerza de voluntad hasta del más fuerte, ya que el control de porción es algo extremadamente difícil de lograr. Cuanto mayor variedad de platos haya, mayor será la tentación. Si tiene que ir a este tipo de restaurantes, una buena opción es servirse primero los platos que contienen verduras, y luego elegir un solo plato principal.
9. No llegue con hambre: un error muy común pero habitual es saltearse comidas reservándose “hambre” para la cena en el restaurante. Lo único que conseguirá es comer con mayor voracidad, rendirse a la tentación de la panera y de un plato principal copioso. Por lo tanto, intente realizar comidas más pequeñas pero frecuentes a lo largo del día. Si el encuentro es a altas horas de la noche, coma una fruta o un yogur, antes de salir.
10. Bebidas alcohólicas: el alcohol puede estimular el apetito además de subir rápidamente las calorías. Pida sólo una copa de vino y bébala en pequeños sorbos durante la comida; tome abundante agua para saciar la sed.
11. Postres: espere unos minutos antes de pedir un postre. El cerebro necesita tiempo para procesar la señal de saciedad del organismo. Si todavía quiere algo dulce, entonces comparta el postre con otro comensal.
12. Coma despacio: disfrute de cada bocado pero, en especial, de la conversación y la compañía. Deje los cubiertos apoyados en el plato entre bocado y bocado.