¿Qué pasa cuando no sos agradecido?
Cuando no sos agradecido, no podes recibir más a cambio. Interrumpis el flujo de mejorar tu salud, mejorar tus relaciones, ser más feliz, mejorar financieramente, progresar en tu trabajo, carrera o negocio…
Para recibir haz de dar. La gratitud es dar gracias, y sin ella te privas de recibir todo lo que deseas en la vida.
A fin de cuentas, lo que sucede con la ingratitud es que cuando no somos agradecidos, estamos tomando las cosas de la vida como si no les diéramos valor. Cuando no enumeramos nuestras bendiciones, sin darnos cuenta podemos caer en la trampa de enumerar cosas negativas.
Enumeramos cosas negativas cuando hablamos de las que no tenemos.
Enumeramos cosas negativas cuando criticamos o encontramos defectos en otras personas.
Cuando nos quejamos del transito, de hacer cola, de los retrasos, del gobierno, de no tener suficiente dinero o del tiempo.
Cuando enumeramos cosas negativas, éstas también aumentan, pero además de eso, con cada cosa negativa que enumeramos, cancelamos las bendiciones que estaban en camino.
Por eso… Cuando practicar la gratitud forma parte de tu manera de ser, tu vida se inunda de innumerables beneficios físicos y emocionales.
Te convertís en una persona más optimista y con actitud positiva. Es decir, aun en medio de las circunstancias, te enfocas en lo bueno que tenes en este instante. Reorientar tu actitud hacia la abundancia y lo positivamente posible. Lo que te produce mayor bienestar y felicidad.
Pone tu atención en lo realmente importante ( la familia, un abrazo, un te quiero, un cuídate mi amor…) Con esto nos referimos a que te distraes menos con las tonterías, cosas sin importancia. Con esas cosas que te generan un sentimiento de que nunca es suficiente. Esas tonterías que te vendan los ojos y no te permiten observar las bondades de la vida.
La gratitud también favorece tus relaciones interpersonales. Esto es posible porque te enfocas en el lado positivo de las personas, en sus virtudes y no en sus defectos. Las aceptas tal y como son. Y las críticas dejan de formar parte de tu vocabulario.
La gratitud te ayuda a sobrellevar las preocupaciones, adversidades e insuficiencias que aún puedas tener en tu vida. Por lo tanto, el ser agradecido es uno de los mejores antídotos del estrés y los pensamientos negativos.
Cuando experimentas la gratitud, tendes a tener más pensamientos positivos que negativos. Incluso, aquellas situaciones neutrales o negativas del pasado, suelen transformarse en recuerdos positivos.
¿Te das cuenta? No son las circunstancias, son los ojos con los que observas el mundo. Así que haz de la gratitud un hábito, una manera de ser y estar en armonía con papa Dios, la vida, con vos mism@ y con todo lo que tenes y has logrado…
Puedes dirigir tu agradecimiento hacia ti, hacia tu familia y preferiblemente hacia el Universo, la Vida, Dios o hacia cualquier otro concepto superior que te resulte familiar.
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