_ Si andas por la vida dejando las puertas abiertas, cuando deberían estar cerradas, nunca podrás desprenderte del pasado ni vivir el presente plenamente. Cerra la puerta para siempre, pero no por orgullo, o soberbia, sino, porque ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cerra la puerta, pasa la página, cerra el círculo… No serás el mismo, ni el entorno al que estás pensando regresar será el mismo que dejaste atrás. Porque en la vida nada es estático, todo cambia. Es por tu salud mental y amor a vos mismo, que debes desprenderte de lo que ya no forma parte de tu vida…
Vivir en el pasado significa vivir en lo conocido y, confortable. Significa no lanzarse al vacío. No aventurarte a las nuevas oportunidades que pueden ser aterradoras, pero también fascinantes. Si deseas alcanzar el brillante futuro que te espera, debes aprender a cerrar las puertas del pasado.
Tomate, por un momento, el permiso de comparar tu vida con un armario. Con el tiempo iras acumulando prendas que ya no te sirven, no te gustan o se han pasado de moda. Sabes con certeza que no volverás a ponértelas, pero aún así te negás a tirarlas porque les tenes cariño, porque te recuerdan momentos agradables, porque te son familiares… Lo mismo ocurre con las experiencias pasadas. Muchas veces, el pasado ya se ha ido, pero seguís viviendo en él. No cesas de rememorar y revivir una realidad que ya no tiene lugar, que ya no forma parte de tu vida y que, en muchos casos… Te hacen daño…
Post comments (0)