5. Mal aliento
En vez de mordisquear una ramita de perejil o la piel de un limón, tome una taza de té negro o verde. Según la doctora Christine Wu, organizadora en 2007 de la conferencia de la Sociedad Internacional para la Investigación sobre el Mal Aliento, el té verde en particular contiene altos niveles de catechinas que “químicamente envuelven los compuestos de aliento maloliente y los enmascara”. Para lograr un efecto aún mayor, beba el té sin azúcar y manténgalo en la boca un rato antes de tragarlo. Cuando no pueda tomar té, mastique un chicle de canela durante 20 minutos. El equipo de investigación de Wu descubrió que el chicle elimina el 50 por ciento de las bacterias del mal aliento.
6. Ansiedad para hablar en público
“Mi mujer tiene por costumbre interrumpirme cuando estoy tratando de contar algo en familia. Corrige alguna fecha, o agrega algo suyo. Esa inveterada costumbre me influenció para que, en el afán de respetar mi discurso, trate de quedarme la mayor parte del tiempo callado cuando hablo”, cuenta el humorista, actor y libretista Juan Carlos Mesa, emblema de sonrisas. “Recuerdo que Juan Verdaguer, cierta vez que debía improvisar unas palabras agradeciendo una distinción, comenzó diciendo: ‘estoy ansioso por saber qué voy a decir’. No es fácil superar la ansiedad antes de hablar en público. No es de gente civilizada practicar el rinraje, o sea, decir “señoras y señores” y salir corriendo.
Tampoco resultaría comenzar por el final para evitar el desarrollo, porque empezar con un “damas y caballeros”, y a continuación agregar “eso es todo”, dejaría a todos en ascuas.
Para ocultar la ansiedad aconsejo recordar a Gracián: ser breve. O evocar al personaje de Alberto Irízar con aquella genial definición: “Yo antes de hablar, quisiera decir dos palabras”.
7. Esas manchas inoportunas
Además de ser odiosas, las manchas suelen ser inoportunas: nos dirigimos camino a un encuentro importante y ¡zas!… nos sorprende una mancha. No desespere, aquí le contamos algunos trucos para ocultarlas hasta que llegue a su lavarropas.
Si actúa con rapidez, las manchas de grasa pueden ser fácilmente absorbidas por talco para bebés. También las manchas de tinta se pueden eliminar sencillamente aplicando un poco de alcohol sobre la zona. El alcohol afloja la tinta que luego de un lavado con agua tibia desaparece por completo.
Llegó temprano a una reunión, entonces decide tomarse un café y sin querer se vuelca un poco en la camisa. Antes de salir corriendo al baño piense en este consejo: eche un chorrito de una gaseosa transparente, como por ejemplo, Sprite, 7 UP o soda y enjuague con agua limpia: la mancha desaparecerá. Los especialistas explican que el gas ayuda a que el café derramado suba a la superficie y así sea más fácil de limpiar. *
8. Rayones y golpes en sus muebles
Tus padres se fueron a pasar un fin de semana afuera y pensaste en hacer una numerosa reunión con amigos. Al día siguiente notas que algunos muebles sufrieron golpes y rayones y tus papás están por llegar. ¿Qué hacer?
Si la raya es superficial, la cera para muebles debería quitarla y devolver el lustre al acabado. Si el rayón es más profundo, entonces pruebe con pomada para zapatos de un color similar al de la madera, o bien, frotando con la parte comestible de una nuez u otra fruta seca aceitosa.
Mal que les pese a los lustradores de muebles, los golpes tampoco son un obstáculo insuperable. Basta con quitar el acabado de la zona golpeada con una lija, solvente o con un alfiler fino y usar vapor para dilatar las fibras de la madera.
Para eso se debe cubrir la superficie de la abolladura con un paño doblado y colocar una tapa de botella metálica en el paño para dispersar el calor. Luego de presionar la tapa con la punta frontal de una plancha a calor alto, el vapor actuará y dilatará la madera. Eso si, no intente hacer esto sobre enchapado o cerca de las juntas de los muebles porque el vapor puede afectar el pegamento*.
9.Tostadas quemadas
Raspe la parte peor, unte la tostada con aceite de oliva, espolvoree algo de queso parmesano y preséntelo como crostini; o úselo como tostadita rebanada.
Quemar algunas tostadas tiene su lado positivo. Absorberán olores desagradables de su cocina.
Si quiere facilitar el proceso, puede agregar amoníaco en un recipiente pequeño y dejarlo un tiempo en la cocina.
10. Cómo ocultar el hipo
Un ataque de hipo puede sorprenderlo en cualquier momento: en una reunión importante, en un examen, en la calle o hasta cuando está leyendo. Algunos médicos lo asocian a cambios bruscos del ritmo respiratorio. Pruebe algunos de lo siguientes trucos, o todos, hasta que se detenga:
- Si está en una reunión importante, levántese discretamente al baño y tome nueve o diez sorbos rápidos y seguidos de agua.
- Si se encuentra en medio de un examen, respire hondo y contenga la respiración el mayor tiempo posible. La acumulación de dióxido de carbono en los pulmones relaja el diafragma.
- Si está en la calle entre a un bar o restaurante y pida una rodaja de limón o una cucharadita de vinagre de manzana y consúmalo rápidamente.
- Si se encuentra con gente de confianza, llene un vaso con agua, incline la cabeza hacia abajo y tome lentamente un sorbo largo apoyando los labios en el borde opuesto del vaso. Si este método no le cura el hipo, al menos va a divertir a sus amigos.
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