Los resfríos y la perdida del olor
“Cada vez que nos da un resfrío, la enfermedad nos pasa la factura”, afirma Richard Doty, director del Centro del Gusto y el Olfato de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia. El daño acumulado que sufre el común denominador de las personas después de pasar toda una vida padeciendo enfermedades, contribuye en muchos casos a la pérdida del olfato en adultos mayores. En lo que respecta al resfrío, “el virus daña los pequeños elementos del epitelio —el revestimiento de la región olfativa en la que se encuentran los receptores, en la parte superior de la nariz— creando pequeños hoyos. Para cuando llegamos a la edad de 60, 70 u 80, parece un pedazo de tela de gasa”.
La perdida del olfato puede avisar sobre algunas enfermedades
La pérdida del olfato puede tratarse de un síntoma prematuro de Parkinson o Alzhéimer. Esto podría ser el indicativo de padecer una infección o una enfermedad crónica, así que le recomendamos visitar al doctor si nota que su sentido del olfato empieza a desaparecer, de acuerdo con la profesora Majid, de York. “Sin embargo, a la mayoría de nosotros no debe preocuparnos ya que se puede tratar de una parte más del proceso natural de envejecimiento”.
Recientemente, el virus Covid-19 ha causado una pérdida temporal del olfato entre personas de todas las edades. En un 10 por ciento de estas —el estimado actual aproximado— el problema se prolonga”, explica Hummel (ver la información de la página anterior, “Una nueva perspectiva gracias al Covid-19”), agregando también que cualquiera puede perder el sentido del olfato de manera temporal o permanente después de sufrir un trauma o contusión en la cabeza. “Por lo tanto, esto no significa nada en términos ni de las funciones cognitivas ni de la salud a futuro”.
Si su doctor no puede encontrar la causa de su pérdida del olfato, entonces probablemente se deba a un tema de la edad.
Para muchos de nosotros, los aromas evocan recuerdos de la infancia. El perfume de alguien que va pasando nos recuerda al que usaba la abuelita y de repente nos transporta en el tiempo. Los investigadores creen que esto sucede a causa de la cercanía que guardan algunas regiones del cerebro con el bulbo olfativo, que es el encargado de enviar la información desde la nariz.
“El bulbo olfativo se encuentra cerca de la amígdala, la cual regula nuestras emociones, y el hipocampo, que es una estructura importante para codificar y recolectar los recuerdos”, explica Laukka, de Estocolmo. “Los recuerdos que llegan nosotros a través del olfato pueden ser más emotivos y están más enraizados a nosotros, que aquellos que nuestros otros sentidos provocan.
“Cuando perdemos la capacidad de percibir los olores también perdemos dichos recuerdos. Es como si se hubiese perdido la llave para acceder a ellos”, añade Hummel, de Dresden.
La alimentación puede beneficiar o dañar tu sentido del olfato
Sus hábitos alimenticios pueden estar en riesgo debido a la pérdida del olfato. “Es cuando piensa, ‘recuerdo cómo sabía esto o aquello antes. Supongo que ya no usan tomates o carne de buena calidad’”, dice el doctor Johannes Frasnelli, profesor de psicología en la Universidad de Montreal. “Pero de hecho es posible que su sentido del olfato esté deteriorándose”.
“Habrá quienes ya no disfrutarán la comida como antes, se deprimirán por ello o ya no querrán salir a comer con sus amistades”, afirma Doty, de la Universidad de Pensilvania. “Otros empezarán a consumir mucha comida chatarra, condimentos o sal para tratar de disfrutar un poco más de sus alimentos”.
Por extraño que parezca, algunas personas no notan la ausencia de olores a su alrededor o de que la comida. ya no les parece sabrosa. Esto puede deberse a que fueron perdiendo gradualmente el sentido del olfato. “Probablemente cerca de un cuarto de la población mundial presenta una pérdida importante de este sentido y ni siquiera se ha dado cuenta”, agrega Doty.
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